
IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.
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28 July 2013
El International Peace Observatory fue fundado en 2005 por un grupo de personas y organizaciones que vieron la necesidad de denunciar la situación de vulneración de Derechos Humanos que sufrían las organizaciones campesinas y de defensa de los Derechos Humanos en Colombia. Por lo tanto, el acompañamiento internacional a estas organizaciones fue el método escogido para poder colaborar con estos procesos que, dentro de un país que venía sufriendo el conflicto armado más largo de Latinoamérica, no podían desarrollar con normalidad su trabajo.
De esta manera pretendíamos no sólo denunciar la situación que vivía la población colombiana sino poder desarrollar también un trabajo in situ que, con la presencia de acompañantes internacionales en terreno, redujera de alguna forma la situación de riesgo y amenaza que sufría ante los abusos de la fuerza pública y otros actores armados la población civil.
Después de ocho años de trabajo en Colombia, las personas que actualmente integramos IPO nos vemos obligadas a tomar la difícil decisión de no continuar con este proyecto que, con toda la modestia, creemos que ha ayudado a que muchas organizaciones y líderes sociales colombianas hayan podido llevar a cabo con más efectividad y seguridad su trabajo.
El motivo básico que nos lleva a esta decisión es el ahogo económico que nos ha supuesto la falta de presupuesto en estos últimos años, culminando en una pérdida total de financiación a partir de junio 2013. La situación de crisis económica que vivimos, sobre todo en los países de origen de los voluntarios (principalmente Europa y EEUU) ha hecho que buena parte de nuestras fuentes de financiación, en su mayor parte públicas, se hayan visto reducidas drásticamente hasta prácticamente desaparecer. La defensa de los Derechos Humanos, y más si no va a suponer ningún rendimiento económico directo, no es una prioridad para nuestros gobiernos. De esta forma las organizaciones más o menos modestas como IPO estamos sufriendo un recorte drástico en las subvenciones que en otros momentos de mayor bonanza económica nos otorgaban. Por desgracia los beneficios en los derechos de las personas no son cuantificables económicamente y por lo tanto, bajo esta lógica, las subvenciones dejan de tener sentido. No se está valorando los perjuicios que esto va a suponer para las personas que, como en Colombia, ven ultrajados sus derechos sistemáticamente por el simple hecho de haber nacido en un territorio en el que un conjunto de intereses económicos pasan por encima de cualquier derecho humano más básico.
En este sentido, queremos manifestar que en ningún caso creemos que el acompañamiento internacional haya dejado de ser necesario en Colombia. Las negociaciones de paz llevadas a cabo entre el gobierno y las FARC-EP en la Habana, y las que posiblemente se lleven más adelante con el resto de guerrillas, no suponen el fin del conflicto social que vive Colombia. Si finalmente estas negociaciones llegan a buen puerto, faltará ver como se implementarán las medidas en terreno. El conflicto armado que vive Colombia va más allá de la propia existencia de las guerrillas; la persistencia de los grupos paramilitares en terreno, dispuestos a perpetuar el desigual reparto de la tierra o la importancia geostratégica y los recursos que posee este país, nos llevan a pensar que las organizaciones sociales colombianas tendrán aún mucho trabajo por delante, sea cuál sea el resultado las negociaciones.
El número de amenazas y agresiones contra las personas defensoras de derechos humanos sigue siendo escandaloso ; continúan los desplazamientos forzados y los asesinatos selectivos contra líderes de los movimientos sociales. Mientras el Estado colombiano no tome las medidas necesarias para garantizar la seguridad de estas personas y desmontar el paramilitarismo y el aparato de represión en el país, desafortunadamente seguirá necesario el acompañamiento internacional en Colombia.
A pesar de la tristeza que nos supone haber tomado esta decisión, queremos manifestar que las personas que hemos trabajado con IPO, no cesaremos en nuestra solidaridad con el pueblo colombiano; buscaremos la manera de continuar nuestra vinculación con los procesos de autodeterminación que la población colombiana está llevando a cabo, seguiremos apoyando estas luchas y denunciando a todos aquellos que por su propio beneficio sigan vulnerando los derechos de cualquier persona.
En este comunicado no queremos dejar de mostrar nuestra más profunda admiración por la lucha que el pueblo colombiano viene desarrollando por el respeto integral de sus derechos, nuestra alegría por haber compartido todo el trabajo de estos años, así como también nuestro agradecimiento a todos aquellos que nos han enseñado tanto sobre la lucha por la vida. Para todas las personas que hemos trabajado con IPO en Colombia, nuestras vidas han quedado marcadas por haber vivido y compartido con el pueblo colombiano la lucha por la tierra, por la dignidad, por los derechos humanos y sociales.
International Peace Observatory
17 de mayo 2013