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29.04.08: Guamocó existe
28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory
30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito
21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)
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26.06.08
Bernat Segon
IPO- International Peace Observatory
Guamocó es la región sur occidental de la Serranía de San Lucas, donde habitan alrededor de cuatro mil personas dedicadas a la minería artesana y al trabajo en el campo. Se caracteriza por ser, según exponen algunos estudios, una de las zonas auríferas más grandes del mundo, encontrándose también en su subsuelo otros preciados minerales cómo carbón y uranio. A finales de los años 60-principios de los 70 mucha gente humilde de distintas partes de Colombia (generalmente provinente de los departamentos colindantes) recolonizaron Guamocó para dedicarse a la pequeña artesanía artesanal y configuraron una realidad interétnica particular. La existencia de múltiples comunidades íntegramente afrodescendientes evangélicas han teñido la región de cristianismo.
La crisis agraria propiciada por la profundización de la entrada del neoliberalismo a partir sobretodo del gobierno Gaviria, condenaron a un sector de la población minero-campesina a cultivar la hoja de coca como única alternativa viable complementaria a las otras actividades tradicionales que les permitía subsistir. La amplia influencia guerrillera en la zona, (siendo uno de los feudos históricos del ELN y permaneciendo allí el 24 Frente de las FARC) se percibe aún en la Serranía. El paramilitarismo que tuvo una mayor presencia en la región hasta el año 2005 se desenvolvió sobretodo en aquellas zonas dónde las empresas multinacionales tenían fijados sus ojos para la explotación. Veredas como la de Palma Chica terminaron totalmente arrasadas por los sicarios armados organizados, territorio que actualmente (y curiosamente) se encuentra en las urpas de una reconocida multinacional. La ilegalización de la minería artesanal por parte del estado, las fumigaciones con glifosato intermitentes que emanan de las avionetas provinentes de los recursos del Plan Colombia y la promesa de bajomano hecha por entes gubernamentales a las grandes corporaciones empresariales interesadas en la región de Guamocó de entregarla “limpia” de guerrilla y de población para el 2012 pronostican un difícil futuro para los habitantes que des de hace ya cuatro décadas se están dejando uñas y dientes para poder seguir adelante.
La minería artesanal y los recursos naturales en peligro
Las ofensivas estatales desempeñadas para el usufructo de las multinacionales en la región ponen en peligro una cultura minera muy rica e interesante como es la minería artesanal que se desarrolla de distintas maneras: la extracción de aluvión, que se realiza a partir de la pequeña excavación a cielo abierto; la minería de beta, por la excavación profunda que precisa de la construcción de elaboradas galerías; o la minería por braga, que extrae las pequeñas pepitas minerales que los caños y ríos trasladan por el proceso de sedimentación
Empresas como la Anglo Gold Ashanti y su filial Kedada, o la representada por el gringo John Miller, han venido ofreciendo mejoras en infraestructuras y equipamientos como mecanismo para ganarse a las comunidades, aprovechando la desatención estatal que tiene a la población sumida en condiciones precarias.
Las fumigaciones a cultivos de consumo diario, los bloqueos económicos, la presencia de grupos de civiles encapuchados y armados, la inasistencia de las autoridades civiles,… son interpretados por los habitantes de Guamocó como una estrategia premeditada de desplazamiento. La incesante maquinaria propagandística utilizada para criminalizar a la pequeña minería y agricultura habla de las enormes repercusiones que supuestamente tiene esta sobre el medio ambiente en una zona calificada como “reserva forestal”; de narcotraficantes sedientos de plata que no quieren terminar con el cultivo de coca. No hablan de los nocivos efectos medioambientales y socio-económicos que han producido las grandes empresas mineras en otras zonas de explotación similar ni de la inexistencia plausible de alternativas para los pequeños cultivadores de coca.
Aheramigua: una alternativa para los agromineros del Guamocó
En este contexto es en el que nació Aheramigua (Asociación de Hermandades Agroecológicas y mineras de Guamocó) el 24 de junio de 2007 en la vereda de la Marisosa, con el fin de realizar una lucha civil organizada para la defensa del territorio y la preservación de los recursos naturales. La amenaza contrastada que supone el interés de las empresas multinacionales para la pequeña minería y el campesinado, el abandono estatal y la situación de conflicto permanente reflejado en distintos grados en la región empujaron a crear esta estructura que permitiera defender los intereses de sus habitantes y los recursos naturales
La primera gira que realizó Aheramigua para darse a conocer en distintas veredas de la Guamocó se realizó durante el pasado mes de abril (ver artículo de la compañera Ana Basanta). La segunda gira de fortalecimiento político de Aheramigua ha recorrido las veredas de San Juan, los Guayacanes, la Marisosa, los Tomates, la Unión, Aquenque y la Corona durante este mes de junio.
Como en la gira anterior, IPO ha estado acompañado el interesante proceso que se esta desarrollando. Pero no éramos los únicos que estábamos allí… Otras organizaciones sociales de distinta matriz han estado acompañando parte o la totalidad de este recorrido: ASORVIM, CREDHOS, el Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez, Prensa Rural, Pan para el mundo, PBI o la ACVC.
La sensibilización hecha durante estos días sobre temáticas tan distintas cómo las implicaciones de las entradas de las multinacionales, el respeto a los derechos humanos y el derecho de las víctimas, la necesidad de que los mineros cambien algunas prácticas nocivas para el medio ambiente,… han dado sus frutos, ya que en todas las veredas visitadas se han conformado nuevas hermandades. El trabajo cultural destinado a la recuperación/creación de una identidad colectiva que permita crear un arraigo mayor de la población a la tierra y expresar la realidad conformando un proceso de memoria histórica, ha sido otra de las actividades que se han realizado dignas de resaltar.
Sabemos pues, que el guamocó esta en peligro, pero también sabemos que hay gente que está dispuesta a defenderlo.