IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.

Artículos relacionados

8.06.13: Aumenta persecución de Fernandez de Castro del Castillo contra la comunidad de Pitalito y sus acompañantes

30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito

21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)

20.05.13: Comunidad campesina de Pitalito - Cesar- Víctima de despojo retornará a su territorio

15.03.13: Lanzan explosivo frente a la sede de la Asociación Campesina del Catatumbo y del Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez

31.01.13: Detenciones arbitrarias en contra de jóvenes de la Finca La Europa en "Batidas" del Ejército

29.10.12: Quemaron el kiosco comunitario de la finca de campesinos retornados "La Alemania"

2.10.12: Denuncia publica y queja formal ante las agencias del Ministerio publico y organismos de control del Estado

15.09.12: Detenida arbitrariamente Ana Pérez, presidenta de la Asociación Campesina del Norte de Antioquia - ASCNA

14.09.12: Nuevos señalamientos y hostigamientos contra ASCNA‏


otros...

28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory

8.06.13: Aumenta persecución de Fernandez de Castro del Castillo contra la comunidad de Pitalito y sus acompañantes

1.06.13: Denuncia Pública: Civiles armados en Sucre intimidan a Julia Torres, lideresa social e integrante del MOVICE

30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito

21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)

Ipo News

Reciba el informe quincenal de IPO, con un resumen de las últimas actualizaciones, y otras informaciones coyunturales.

Suscribese aquí

Licencia

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

Feed RSS

Reciba las últimas actualizaciones en tu web browser

PayPal

Catatumbo: La Trinidad y vereda Las Palmas entre el invierno y el olvido

5.02.09

Crónica de una voluntaria incomunicada y una comunidad inundada por las lluvias, y la débil respuesta de un Estado

Por Mertxell Baulenas – IPO

Mi recuerdo de Trinidad y la vereda las Palmas era el de un pueblo organizado, casas de todos los colores, tiendas, almacenes, restaurantes, gente tomando el fresco, niños jugando por la calles, animales pastando, gallinas picoteando, … el recuerdo de una zona muy bonita. Hoy el recuerdo que me tocó llevarme de esta población fue el de la desolación e indignación de toda la comunidad con el gobierno.

La noche del 2 al 3 de diciembre, yo estaba durmiendo con el ruido de la lluvia cayendo en el techo de la habitación cuando de repente la señora de la casa me avisó que teníamos que salir corriendo porque el caño que bajaba de Las Palmas se estaba desbordando y Trinidad corría peligro. En cuestión de segundos me cambié de ropa, cogí mis papeles, dejé mis pertenencias y salí de la casa. Una vez en la calle solo veía a gente que iba hacia todos lados, sin rumbo fijo. Mi cabeza solo escuchaba voces “súbanse para el filo”, “vayámonos a Puerto Pato”, mi ojos solo veían bajar cada vez más agua, las calles habían dejado de ser calles para ser el paso del caño y tocaba salir de allí. Sin darme cuenta, me encontré con una niña entre mis brazos y empezamos a caminar sin yo saber en qué dirección. Con una gran sensación de desubicación me informaron que nos dirigíamos hacia Puerto Pato (una parte más alejada de Trinidad), lugar que no sabía dónde estaba. En pocos minutos llegamos a casa de unos conocidos donde nos acogieron para ver finalizar la devastadora noche.

Eran las seis de la mañana cuando empecé a observar los primeros desastres que había producido el caño, no había dejado de llevar aguas marrones hasta ese momento, las calles llenas de barro, piedras, troncos, muros partidos, casas con barro hasta el techo, casas inundadas, animales muertos, muebles por la calle entre todas aquellas miradas desoladoras de la población. Después de permitirnos nuestros minutos de desesperación la primera reacción fue empezar a buscar dónde se había ubicado el resto de la comunidad.

Foto: Meritxell Baulenas
Foto: Meritxell Baulenas

Foto: Meritxell Baulenas
Foto: Meritxell Baulenas

Durante las siguientes horas empezó a bajar la gente de los filos, asegurando que no habían desaparecidos ni muertos, lo que nos dejó un poquito más tranquilos. La radio fue la primera en darnos la información de qué estaba pasando a nuestro alrededor, en las otras poblaciones. Después de escuchar las noticias y ver la realidad que nos rodeaba me di cuenta de la situación de emergencia y crisis humanitaria en la que nos encontrábamos unas 150 familias con ancianos, niños y mujeres embarazadas.

Foto: Meritxell Baulenas
Foto: Meritxell Baulenas

La situación era crítica, el caño se había llevado por delante el acueducto que abastece a toda la comunidad, dejándonos sin agua potable, se había perdido parte de los comestibles, algunos animales habían muerto, dejándonos con pocos recursos alimenticios y con perspectivas muy negativas. Las diferentes fincas de Las Palmas tenían varios barrancos a su alrededor y habían sido destruidos varios pasos o caminos para llegar a sus casas. No había acceso vía terrestre para llegar a Trinidad. Hacía días que la situación para entrar la comida a la zona era critica debido a que las carreteras estaban en mal estado y los vehículos no entraban con mucha facilidad. Pero ¿cómo estarían las carreteras después de las fuertes lluvias? Era imposible entrar por carretera, eran puros barrancos y ni una moto podía pasar, con lo cual tocaba abrir caminos para pasar las mulas.

Nuestro único modo de comunicación con el exterior era a través del compartel, el teléfono del pueblo, el cual pasó a ser el punto de encuentro de gran parte de la población, desde allí empezó a realizarse el trabajo de la comunidad para pedir ayudas y el trabajo de IPO para denunciar la situación y presionar a todas las autoridades.

Desde la comunidad se empezaron a hacer llamadas a Gobernación Departamental, Alcaldía, Defensoría del Pueblo, y demás autoridades públicas que tenían a su alcance. La respuesta en un principio fue positiva y nosotros confiamos en ellos y sus promesas. IPO se puso en contacto con las diferentes autoridades militares y civiles de la zona. Nos habíamos pasado gran parte del día haciendo llamadas y nuestra sensación era de haber logrado dar a conocer nuestra situación. Aquel día vimos llegar un helicóptero que sobrevoló la zona, pero no aterrizó y nos empezamos a preocupar ya que se nos acercaba de nuevo la noche y las autoridades competentes de la zona no nos habían prestado ninguna ayuda visible y empezaba a volver a llover.

Al día siguiente, 4 de Diciembre, nos llegaba la primera y casi única respuesta de las autoridades militares y civiles ante nuestra denuncia de la situación. Eran las dos de la tarde aproximadamente cuando escuchamos el zumbido del primer helicóptero espía del ejército, nuestra desesperación de los dos días anteriores empezaba a ver una luz de esperanza. En pocos minutos llegó el otro helicóptero y aterrizó en el filo para descargar un grupo de militares de la Brigada Móvil nºXV del Ejército Nacional de Colombia, la cual opera en la zona, y se distribuyeron en los alrededores de Trinidad. Al cabo de un rato llegó finalmente un helicóptero con otro grupo de militares, la Defensa Civil de Ocaña y ayuda para 120 familias. A partir de ese momento Defensa Civil junto con la Junta de Acción Comunal (JAC) e IPO, nos organizamos para la repartición de las ayudas a las familias más damnificadas basándonos en el censo que se había estado elaborando el día anterior.

Foto: Meritxell Baulenas
Foto: Meritxell Baulenas

Foto: Meritxell Baulenas
Foto: Meritxell Baulenas

En pocas horas parecía que la situación de Trinidad había tenido unas mejoras, pero no eso no era todo. Trinidad y Las Palmas habían pasado a ser una zona militarizada desde los dos filos más próximos hasta el caserío dejando una extraña sensación en toda la población. En uno de estos filos el ejército se había instalado, siendo esto una costumbre, en una casa de civiles violando así el Derecho Internacional Humanitario y se les pidió que se retirasen. El otro campamento improvisado se encontraba entre Trinidad y puerto Pato, el cual en un principio se había ubicado allí estratégicamente para poder controlar el helipuerto y brindar seguridad a éste. Pero en su momento algunos militares se dedicaron a hacer retenes a la población civil y a fomentar ciertos rumores falsos sobre algunos campesinos de la zona por tanto nos toco interlocutar con ellos para recordarles cual era su función específica en el caserío.

Al día siguiente la población estaba contenta con las ayudas recibidas pero empezábamos a desesperarnos porque no veíamos respuesta por parte de las autoridades civiles hacia uno de los problemas más grandes con los que se encontraba Trinidad y Las Palmas, no entraban las máquinas prometidas desde gobernación y alcaldía para limpiar las carreteras y también se esperaba la visita del Gobernador, el Alcalde y de un ingeniero o geógrafo. Además Defensa Civil había declarado la población de Trinidad y la vereda Las Palmas en zona de alerta roja (por su peligrosidad). Ellos aconsejaron que toda la población del centro de Trinidad por donde pasaba el caño se reubicara hacia Puerto Pato definitivamente porque el caño había producido varios derrumbes y uno de ellos de una longitud de 110 metros que estaba pendiente de bajar y afectaba directamente las mismas zonas damnificadas.

A los dos días llegó una pequeña parte de la ayuda de Convención entrando con mula por caminos inhóspitos y con muchas dificultades, así reafirmando la gran necesidad de presionar para que arreglasen las carreteras.

Habían pasado ya diez días desde el desbordamiento del caño, toda la población de Trinidad y Las Palmas estaban esperando la prometida llegada de los helicópteros militares con el Alcalde, el Gobernador, la entrada de la brigada de salud, la llegada de 8 toneladas de ayuda que había conseguido reunir la población de Convención y Ocaña, la entrada de la maquinaria, etc. ¡aquella zona, ocho días antes, había sido declarada por el ejército y Defensa Civil zona de alerta Roja!

Llegado ese punto de desesperación una se pregunta ¿Por qué este olvido por parte de las autoridades?

Todos sabemos que el Catatumbo es una región denominada zona caliente por la gran presencia de grupos armados ilegales y donde la política estatal siempre se ha traducido en presencia militar y de policía, sin embargo, cuando la población requirió la protección del Estado, su respuesta fue el abandono, la estigmatización, la militarización y la justificación de un fuerte invierno en todo el país. A pesar de la reinante impunidad, los campesinos víctimas del justificado fuerte invierno y en situación de emergencia y zona roja, motivados por la esperanza de recuperar lo perdido, de retomar los sueños y proyectos de vida, empezaron a trabajar incansablemente esperando ver la participación de las autoridades públicas, las cuales en su momento no se dejaron ver.

Leer más En evidencia