IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.

Artículos relacionados

28.01.13: Poco entusiasmo del Parlamento europeo y pocas ideas nuevas de la Comisión Europea para las negociaciones comerciales con Mercosur

20.10.11: Más de 55 parlamentarios británicos declaran su apoyo para un proceso de paz en Colombia

13.01.11: Colombia: la justicia transicional y la paz de los vencedores

22.12.10: Avanza trámite de querella contra el ex presidente Uribe en un juzgado de Madrid

22.12.10: "Oidhaco respalda la solicitud de Eurodiputados de exigir a Colombia hechos y no palabras"

14.12.10: "El TLC con la Unión Europea quiebra la economía campesina y favorece la estrategia paramilitar"

18.11.10: Parlamentarios Británicos reclaman la Libertad de los Presos Políticos en Colombia

27.10.10: Los servicios de inteligencia colombianos en Valencia y Barcelona espiaron a activistas de ONG para desacredirtarlos

16.09.10: España arma a Colombia más de lo que la ayuda

18.07.10: Declaración de IPO ante el abordaje por parte del ejército israelí de los barcos que llevaban ayuda humanitaria a la franja de Gaza


otros...

28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory

8.06.13: Aumenta persecución de Fernandez de Castro del Castillo contra la comunidad de Pitalito y sus acompañantes

1.06.13: Denuncia Pública: Civiles armados en Sucre intimidan a Julia Torres, lideresa social e integrante del MOVICE

30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito

21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)

Ipo News

Reciba el informe quincenal de IPO, con un resumen de las últimas actualizaciones, y otras informaciones coyunturales.

Suscribese aquí

Licencia

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons

Feed RSS

Reciba las últimas actualizaciones en tu web browser

PayPal

Un Año de la masacre de Gaza... desde Colombia... boicot al estado de Israel

27.12.09

por Arnau Carné i Sala – IPO
27/12/2009

Recuerdo el pasado año,
Hebrón, 27 de diciembre de 2008,
nos llegan las noticias de los bombardeos,
y se empieza a enturbiar el ambiente
Caras de impotencia, de odio,
ojos lagrimosos,
expresiones de angustia en la gente.
Saben, sabemos,
que en esos momentos
están muriendo sus hermanas,
nuestras hermanadas,
en esa Franja separada, aislada,
ahora bombardeada,
por la ocupación militar sionista,
por el apartheid racista de Israel.

Pasan pocos minutos
y empieza el enfrentamiento,
entre jóvenes con piedras
contra soldados armados hasta los dientes.
Es la expresión de un pueblo
que clama, que resiste,
con sus propias manos
contra una máquina militar,
contra un Estado artificial,
sociedad estratificada
en criterios de supremacía racial,
instrumento macabro
del progreso occidental,
peón o rey del imperialismo neoliberal.

El 27 de diciembre de 2008 empezó el bombardeo masivo de la Franja de Gaza por parte del ejército Israelí. Con el nombre de Operación “Plomo Fundido” en 22 días murieron 1.400 personas palestinas, entre ellas 300 infantes.

Después de meses y meses de bloqueo, la Franja de Gaza se había convertido en una auténtica prisión. El día después de una limitada apertura de este bloqueo para conceder la entrada de alimentos, en día de mercado, empezaron los primeros bombardeos.

4.000 casas fueron destruidas o dañadas, 50.000 palestinas se quedaron sin techo y entre el 35 y el 60 por ciento de las actividades económicas de Gaza sufrieron daños irreversibles. Se arrancaron miles de limoneros, olivos y palmeras. Se destruyeron sistemas de irrigación, pozos y invernaderos…

Enmedio de un impotente, interesado y miserable silencio práctico de las instituciones internacionales, el ejército israelí lanzó cortinas de fósforo blanco sobre una población que moría bajo las irreversibles quemadas… El bombardeo de escuelas gestionadas por las mismas Naciones Unidas mostró el papel de Israel dentro la comunidad internacional.

Después de un año, Gaza continúa bloqueada, las prometidas ayudas humanitarias no llegan y se continúa impidiendo la entrada a las caravanas de solidaridad que intentan aportar alimentos y medicamentos a la población palestina.

Después de un año, la diplomacia israelí bloquea cualquier intento de enjuiciamiento de sus criminales de guerra. La expansión de las colonias a Cisjordania no cesa, se desarrolla el modelo racista de apartheid y últimamente se está iniciando una nueva oleada represiva contra las organizaciones palestinas de defensa de los derechos humanos.

Después de un año, la corrupta y tutelada Autoridad Nacional Palestina continúa legitimando al Estado de Israel y menospreciando el derecho al retorno de las refugiadas palestinas, parte importante de las organizaciones palestinas de izquierda quedan desorientadas bajo la influencia de ONG’s compradoras de soberanía, y la resistencia de Hamás se ve afectada por el creciente fundamentalismo religioso.

Después de un año, Palestina continúa abandonada por los regimenes árabes clientelistas de Occidente, el capital internacional va configurando las nuevas Zonas Industriales de mano de obra barata y Israel continúa siendo pieza fundamental en el juego imperial del Oriente Medio.

Las promesas de autonomía, los acuerdos de paz, las anexas conferencias y la falacia tramposa de la teoría de los “dos estados” continúan convirtiéndose en una dependencia palestina a los intereses empresariales de los “filantrópicos” países donantes y al control económico, militar y social del estado israelí. Mientras la maquinaria propagandística de los diversos lobbys pro israelíes continúa justificando las masacres en nombre de un pueblo judío a quien no representa en su totalidad, continúa emparándose en el holocausto nazi bajo ningún concepto responsabilidad de la población palestina, continúa desviando el análisis hacia una “guerra de civilizaciones” creada por los intereses imperiales.

La situación es desesperante. Pero después de un año, después de 61 años, el pueblo palestino se continúa caracterizando por la dignidad y la resistencia ante la ocupación sionista. En el simple hecho de continuar estando arraigado a una tierra, a una identidad, en seguir conreando la tierra, en la reconstrucción de las viviendas, en el llanto de la desgracia que también se convierte en sonrisa en los momentos de felicidad, en el paso diario por los check-points con las cabezas bien altas, en la protesta, en todas las formas de lucha y dignidad, en la solidaridad entre la comunidad, en la gestión de sus propias contradicciones, en seguir alimentándose, educándose, curándose, disfrutando y resistiendo con su gente.

El recuerdo de la primera intifada continúa presente en los rostros de quienes han visto morir hermanas, encarcelar y torturar hijas. De quienes viven la humillación de abrir la ventana y ver un muro gigantesco de hormigón, escuchar el derribo de la vivienda de las vecinas, presenciar la destrucción de los campos de conreo, y aguantar los insultos de soldados adolescentes criados en el odio racial…

Y desde el 2005, este pueblo resistente viene pidiendo una cosa muy clara a la comunidad internacional, a las instituciones, a las asociaciones, a la gente: Boicot al Estado de Israel.

Se trata de la campaña “BDS” (Boicot, Desinversiones y Sanciones), orientada a presionar al Estado de Israel para que ponga fin a la ocupación militar, al régimen de apartheid y porqué respete el derecho internacional humanitario.

Parece que la campaña va creciendo y adoptando resultados. Muchas de las organizaciones de solidaridad con Palestina de todo el mundo la están adoptando como uno de los ejes principales de su lucha, y está siendo muy receptiva por gran parte de la población mundial que ve claramente la opresión que el Estado de Israel está ejerciendo sobre la población palestina. Por eso la maquinaria diplomática israelí ha tenido que reaccionar, buscando salidas mercantiles en regiones como América Latina o África en previsión de que la campaña del boicot afecte seriosamente sus relaciones comerciales con Europa, Canadá y hasta Estados Unidos.

Pero en los tiempos que vivimos de globalización neoliberal, la lucha contra el Estado de Israel va más allá de la solidaridad directa con el pueblo palestino. Israel, desde su creación al 1948 hasta el día de hoy, se ha convertido en una pieza fundamental de la geoestrategia del imperio estadounidense. Por un lado, hay que tener en cuenta su papel de “gendarme” de los intereses estadounidenses en la zona del Oriente Medio, también su relación con la industria militar y de control social. El hecho de que Israel sea un Estado en guerra permanente lo convierte en un laboratorio perfecto para las nuevas tecnologías de la guerra, así como también para los mecanismos de control social como pueden ser los sistemas de videovigilancia, radares y sensores en vallas electrificadas, etc.

En época de crisis global, dónde las desigualdades sociales se vuelven extremas no sólo entre el centro y la periferia de las zonas mundiales, sino también dentro de los mismos Estados del “primer mundo”, el modelo segregacionista, militarizado y de extremo control social como es el Estado de Israel se convierte en un peligrosísimo ejemplo en el viraje hacia el fascismo de los Estados que pretenden controlar a los movimientos de protesta social y la criminalidad explosiva resultante de esas desigualdades.


Soldados colombianos en una vereda del Magdalena Medio y soldados israelíes en las calles de Hebrón.

La despreciable experiencia adquirida en los asuntos bélicos también ha convertido el Estado de Israel en un asesor militar de primer orden para gobiernos que combaten las distintas formas de lucha social. Uno de los ejemplos más claros fue la instrucción de paramilitares colombianos en la década de los ’80 en el arte de infundir el terror a la población mediante masacres y asesinatos selectivos caracterizados por su brutalidad. Actualmente, Israel continúa manteniendo relaciones militares con Colombia y participando activamente en el conflicto interno colombiano y tratando de extenderlo hacia Venezuela para desestabilizar el gobierno de Hugo Chávez. Más recientemente también se ha denunciado al Estado de Israel por haber asesorado, a través de su servicio de inteligencia (Mossad) a las tropas de choque del golpe de Estado de Honduras.

Y es que cerca de 40 empresas israelíes vinculadas al Mossad operan actualmente en América Latina, principalmente vinculadas a la comercialización de armamento sofisticado y a la prestación de servicios en la esfera de la inteligencia y la contrainteligéncia, el apoyo a la subversión contra países y fuerzas progresistas y a la persecución de personalidades y movimientos sociales solidarios con la causa de los pueblos árabes y palestino.

Israel también se ha posicionado como un agente activo en la pugna por el control del nombrado “oro azul” del siglo XXI: el agua. Su experiencia en el robo y la gestión de los recursos acuíferos tanto de la misma Palestina como de países vecinos como Siria (en la ocupación de los Altos del Golan y el control del río Jordán), le ha llevado a interferir en la búsqueda, control y gestión de recursos acuíferos en diversos sitios de América Latina.

Es por eso que el boicot contra el Estado de Israel puede tomar un cariz más allá de la defensa de los derechos del pueblo palestino, puede ser asumida por todos aquellos movimientos sociales que luchan contra el imperialismo neoliberal, que luchan contra el creciente autoritarismo y fascismo que adoptan los gobiernos para seguir beneficiando a las transnacionales en perjuicio de su propia población en época de crisis global.

El boicot a Israel es un ataque frontal contra la punta de lanza de este imperialismo neoliberal, y a la vez es una opción legítima, ética, asumible y efectiva tanto por instituciones como por asociaciones y cualquier persona que lo asuma en su actuar y en su difusión.

Boicot a los bombardeos, boicot a la ocupación militar, boicot al sionismo, boicot al colonialismo, boicot al apartheid, boicot al imperialismo neoliberal, es Boicot a Israel.

Y ahora, un año después,
recuerdo esos días,
intensos, agitados, impotentes,
viendo las cortinas de fósforo blanco
por las televisiones de Cisjordania,
viendo, viviendo, la agonía del momento.

Y ahora, un año después,
desde Colombia,
me retorna el sentimiento.
Envuelta también de gente resistente,
a las masacres, al desplazamiento,
por incomodar al desarrollo
del mercado, de la oligarquía colombiana,
tutelada desde Washington,
negociando con Europa,
vendiéndose al capital extranjero.

Y veo las conexiones:
Israel entrenando paramilitares,
proveyendo de armas y asesorando
al ejército beligerante,
estableciendo lazos comerciales
para irrigar los monocultivos
destructores de la cultura campesina,
de la soberanía alimentária de todo un país.

Y veo el imperio norteamericano
utilizando los dos Estados,
Colombia e Israel,
por su control, por su expansión,
por la defensa del mercado
de sus multinacionales,
a través de la presencia,
la amenaza y la acción militar.

Y veo la Europa del rostro humanitario
negociando con los dos Estados,
comerciando con armamento,
cooperando con negocios
rigiéndose por el interés
de sus corporaciones,
mientras omite los bombardeos,
las masacres, el desplazamiento,
el apartheid y el fascismo emergente.

Veo que la cuestión continúa siendo
el antagonismo entre los imperios
y su control de los mercados,
versus la identidad, la dignidad
y la solidaria comunidad
de los pueblos resistentes.

Por eso es que también veo y entiendo
el boicot a Israel,
el boicot al apartheid,
como una lucha internacional,
en contra del modelo imperial
con su economía neoliberal,
de expolio, explotación y control,
y su racismo social.
Por la emancipación de los pueblos,
y su capacidad
de construir relaciones, cultura,
de solidaridad en comunidad.

Leer más En evidencia