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19.09.12: Defensores Colombianos en peligro tras recibir amenazas
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28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory
30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito
21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)
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12.03.10
por Eva Lewis – IPO
La Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC) realizó su segundo Campamento Ecológico, entre el 9 y el 22 del pasado mes de enero. El evento tuvo lugar en las regiones del Magdelena Medio, Sur del departamento de Bolívar y Nordeste Antioqueño. Al evento asistieron más de 1200 personas de toda Colombia. Aunque el evento fue un éxito en términos generales, el último día fue ensombrecido por la presencia de la policía, el ejército y los paramilitares, quienes hicieron un esfuerzo coordinado de desbaratar el evento e intimidar a los participantes.
La idea del Campamento Ecológico era reunir a gente de todo el país por la defensa del medio ambiente. Más que nada, era un encuentro entre estudiantes universitarios y campesinos, donde compartieron información y experiencias. Melkin Castrillón, líder de la ACVC dijo: “Nuestro objetivo era tratar de divulgar y de dar a conocer la situación que se está viviendo en la región del Nordeste Antioqueño, Sur de Bolívar y la parte media del Cimitarra, [así como] toda esta crisis humanitaria: lo que está generando el impacto de las fumigaciones; la erradicación que está generando unos desplazamientos [a causa] del sustento económico”. La idea, como señalaba Melkin, era que “el estudiante conozca para que vaya a replicar todo esto en sus universidades, fomente todo un cabildeo en este territorio colombiano [para que] todos conozcamos la realidad, no lo que nos venden los medios de comunicación.”
Estudiantes de Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Pamplona y Barrancabermeja participaron en el evento. Llegaron a Barrancabermeja el día 9 de enero. Fueron distribuidos en siete grupos, los cuales pasaron las siguientes dos semanas recorriendo siete rutas ecológicas diferentes. Cada ruta tenía el nombre de alguna especie en vías de extinción que tradicionalmente se encontraba en el territorio que recorría la ruta, como el Mico Zambo o el Oso Anteojos. Cada grupo viajó a diferentes veredas, donde los estudiantes dieron talleres a los campesinos sobre temas tan diversos como agroecología, agricultura orgánica, reciclaje, Derechos Humanos y derechos sexuales y reproductivos, entre otros. Una campesina de la vereda de Alto Berlín dijo: “Los talleres me parecieron muy buenos… en realidad hay cosas que de pronto el campesino no conoce, que es bueno que lo conozcamos, como valorar nuestros recursos naturales, también saber cómo podemos nosotros defendernos, los Derechos Humanos, cómo cuidarlos [y] cómo proteger nuestra salud”. Durante el recorrido, la idea era que los campesinos que participaban en los talleres se juntaran con los grupos de estudiantes para viajar con ellos.
Los viajes eran físicamente extenuantes y a muchos de los estudiantes les tocó vivir condiciones a las cuales no estaban acustumbrados: casi diariamente caminaron cargando sus mochilas de 4 a 5 horas o más, subiendo lomas empinadas y destapadas, y muchas de las veredas que visitaron no tenían ni electricidad ni acceso al agua. Muchos campesinos viven su vida entera en estas condiciones, pero para muchos de los universitarios, que venían de las grandes ciudades, era una experiencia educativa verlas y sentirlas de primera mano. Blanca Díaz, estudiante de Medicina de la Universidad Industrial de Santander y participante en el Campamento Ecológico comentó: “Creo que fue un campamento que sensibilizó mucho a los jóvenes que asistimos… aprendí muchísimo a valorar lo que se tiene y a ver que somos agentes que podemos cambiar el mundo”.
Los estudiantes también pudieron sentir la proximidad del conflicto armado que se vive en el campo. Pudieron hablar y compartir con los campesinos que siembran la coca y aprender sobre los problemas que causan las fumigaciones, además de ver los daños provocados por la incursión paramilitar y escuchar las historias en primera persona de los que viven a diario las continuas violaciones de los Derechos Humanos. Varias de las rutas también pasaron por áreas con minas que rodeaban el camino, y todas pasaron por áreas controladas por militares, paramilitares o guerilla. La intención era que los participantes compartieran la realidad de los campesinos y así formar conexiones para después profundizar. Una de las esperanzas de los organizadores era que los estudiantes que antes no habían participado en las actividades de la ACVC, después siguieran vinculados y, de pronto, formasen parte del equipo técnico de la asociación. Este equipo está conformado por un grupo de estudiantes que apoya el trabajo de la ACVC organizando eventos en sus escuelas, dando talleres en el campo y proporcionando ayudas técnicas a la asociación.
Al final de las dos semanas, los integrantes de las siete rutas se reunieron otra vez para un gran evento final en la cabecera municipal de Yondó, Antioquia. A los estudiantes, se le sumaron más de 500 campesinos, residentes en Yondó y Barancabermeja, además de funcionarios locales y nacionales, miembros de movimientos sociales y expertos en el medio ambiente. El enorme evento empezó en la mañana del 21 de enero con presentaciones realizadas por los estudiantes representando cada una de las rutas con fotos, explicaciones de los talleres realizados y sus propuestas para seguir organizando la región sobre temas de medio ambiente. Después, líderes de la Asociación Campesina expusieron su plan de desarrollo regional y la importancia que tiene levantar la suspensión de la Zona de Reserva Campesina (un territorio otorgado colectivamente a los campesinos de la región en el 2002 y posteriormente suspendido por el gobierno de Uribe en el 2003). Una experta en medio ambiente también habló de los peligros de los proyectos de minería propuestos por las empresas multinacionales que buscan seguir explotando los recursos naturales de la región del Magdalena Medio. Otros oradores hablaron de la situación de los Derechos Humanos en la zona y su continua y generalizada violación, tema que era transversal a todos los demás. En la noche hubo un evento cultural donde varios grupos musicales nacionales tocaron música sobre la represión del gobierno y la importancia de proteger el medio ambiente.
En general, el evento tuvo bastante éxito. La única marca negra fue la intromisión de los policías, militares y paramilitares que intentaron intimidar a los participantes. Durante el día del evento final, la Policía y el ejército rodearon la sala del evento. Algunos soldados pararon a varias personas que participaban en el evento intentando utilizar este espacio para hacer reclutamiento. Un agente de policía entró en la sala a tomar fotos aunque miembros de la ACVC, del International Peace Observatory (IPO) y de Peace Brigades International (PBI) lo impidieron. Durante la noche la tensión fue creciendo a medida que las amenazas de la fuerza pública aumentaban. Mientras que la mayoría de personas estaban afuera escuchando el concierto, la Policía intentó varias veces entrar en la escuela donde los participantes estaban hospedados. Después la luz se cortó, lo cual tanto podía ser una coincidencia como algo más amenazador. En cualquier caso, la luz fue rápidamente restaurada, pero poco después la Policía se retiró y aparecieron los paramilitares. En el concierto final había paramilitares reconocidos en motocicletas circulando por el parque donde el concierto tenía lugar. También se reportó que había varios hombres desconocidos en el concierto haciendo indagaciones e intentando provocar a la policía antes de que se fuera. Estos mismos hombres luego intentaron entrar en la escuela haciéndose pasar por participantes del evento.
Paramilitares trataron de intimidar a los asistentes al evento. Foto: Gustavo León Calderón
Este año pasado, en Yondó, se ha detectado un resurgimiento de los grupos paramilitares, amenazando con la limpieza social, realizando retenes en la entrada del pueblo y asesinando a residentes locales. Dado este clima actual, los eventos que tomaron lugar la última noche del Campamento Ecológico no se deben ignorar. Representan una amenaza clara hacia la ACVC y todos los y las que participaban en el Campamento Ecológico. En Colombia los vínculos entre la fuerza pública y los grupos paramilitares no son ningún secreto. Lo que pasó en Yondó durante el Segundo Campamento Ecológico fue un ejemplo claro de un esfuerzo coordinado entre Policía y Ejército para intimidar a la población y dejar abierto el camino para que los paramilitares actuaran con impunidad una vez que ellos se hubieran retirado.
A pesar de todo, los organizadores consideran que el evento fue un éxito. Pese a las amenazas y la persecución que siguen sufriendo, continúan organizando y llevando esperanza a quienes nunca han recibido nada más que intimidación y violaciones por parte de los que deberían protegerlos.