
IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.
17.07.11: Nuevamente Tribunal Superior de Bogotá definirá curso del caso de los niños de Tame
7.07.11: Sentencian a 60 años de prisión a ocho militares por ’falsos positivos’
7.07.11: A juicio oficial por 'falso positivo' en Tolúviejo, Sucre
20.06.11: Tribunal Superior de Bogotá niega nulidad en caso Tame
12.04.11: Corte ordena traslado de caso niños Tame a Bogotá
25.03.11: Amenazan a familia y abogados de las víctimas del caso de los niños de Tame
24.03.11: "No hay garantías de justicia"
18.03.11: Masacre de Chengue: crimen de lesa humanidad y una luz para las víctimas
16.03.11: A juicio César Pérez García por la masacre de Segovia
28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory
30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito
21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)
Reciba el informe quincenal de IPO, con un resumen de las últimas actualizaciones, y otras informaciones coyunturales.
Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons
11.07.07
Es toda una paradoja y una lección que dos hombres que crecieron juntos en la calle 15 de Valledupar y luego tomaron caminos opuestos por la ideología pero unidos por la violencia estén hoy respondiendo simultáneamente frente a la justicia. Nos referimos a Rodrigo Tovar Pupo, más conocido como ‘Jorge 40’, y a Ricardo Palmera, alias ‘Simón Trinidad’. Mientras el guerrillero de las Farc recibe todo el peso de la justicia en Estados Unidos, el paramilitar quizá más notorio después de Carlos Castaño está, literalmente, ‘mamándole gallo’ a la justicia en Colombia.
‘Trinidad’ acaba de ser declarado culpable en Estados Unidos por el primero de varios cargos que enfrenta por su papel en el secuestro de tres contratistas estadounidenses, y puede ser condenado a 30 años de prisión. ‘Jorge 40’ aprovechó el inicio de su versión libre en el marco del proceso de justicia y paz para decir que no se acuerda de muchas cosas, negar la mayoría de los crímenes que se le endilgan y alegar que los horrores y masacres que corrieron por su cuenta fueron “acciones de guerra”. Su audiencia fue aplazada para el próximo 21 de agosto.
Las coincidencias entre ambos personajes no se limitan a su juventud, compartida en la capital del Cesar, donde eran vecinos y colegas de rumba en el Club Valledupar. En sus procesos, ambos han justificado el recurso a la violencia con el argumento de ser luchadores por la libertad. Pero, mientras ‘Trinidad’ intenta hacerlo defendiendo el ideario comunista de las Farc, la versión Fuente:libre de ‘Jorge 40’ ha sido poco menos que insólita.
A diferencia de Salvatore Mancuso y otros paramilitares que han reconocido muchos crímenes, ‘40’ inauguró la táctica de negar, dar largas y justificarse (o culpar a fallecidos como Carlos Castaño, en el caso de la desaparición de siete agentes del CTI de Codazzi, el 9 de marzo del año 2000). Para colmo, los familiares de las víctimas de la larga lista de crímenes de lesa humanidad por él cometidos (se le atribuyen 200 masacres y 800 desapariciones) vienen denunciando amenazas para que no asistan a las audiencias ni reclamen.
Todo indica que este jefe paramilitar y sus abogados buscan aprovecharse de las falencias de la Ley de Justicia y Paz y de las debilidades de la propia Fiscalía para poder demostrarle los crímenes que se le imputan. Sería una vergüenza para este proceso de justicia transicional inédito en Colombia que la viveza y la capacidad de intimidación de algunos lograran convertir una escalofriante secuencia de homicidios, desapariciones, masacres y desplazamientos de civiles en una lucha ‘patriótica’ con el argumento de que se trató de acciones de guerra en el marco de un conflicto armado.
El señor Tovar y sus colegas y los guerrilleros de las Farc como ‘Trinidad’ deberían empezar por reconocer lo elemental: son violadores sistemáticos del derecho internacional humanitario en deuda profunda con la sociedad.
El proceso de justicia especial al que están sometidos implica generosidad, pero requiere como mínimo que los procesados cuenten la verdad, acepten sus crímenes, pidan perdón y se comprometan seriamente a reparar a las víctimas. Lo que está haciendo ‘Jorge 40’ es todo lo contrario. No es una contribución a la paz y la reconciliación, sino una burla al país.
Fuente: www.eltiempo.com
11 de Julio 2007