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26.05.06
Por: Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
Zona de Reserva Campesina, 23 de mayo de 2006
Guamocó es una zona ubicada en la serranía de San Lucas, en jurisdicción del municipio de Santa Rosa, Sur de Bolívar. Se encuentra en los límites con el municipio del Bagre, departamento de Antioquia. En esta comunidad encontramos gentes de distintas regiones del país, resaltando la presencia de cordobeses, chocoanos, paisas, santarroseños, entre otros. Son personas muy agradables, humildes y llenos de esperanzas porque algún día puedan por fin salir de las condiciones de pobreza y abandono en el que vive la mayoría de ellos.
Después de largas jornadas de viaje, se llega a la región de Guamocó. A petición de esa comunidad, hasta allí se trasladó una comisión de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC), con el acompañamiento del Observatorio Internacional Paz (IPO), realizando una gira de quince más de quince días por varias veredas de la zona, como Palma Chica, Alto de las Brisas, Altos de Ventarrón, Bocas de Ventarrón, Santa Fe, Mari Sosa, Los Tomates, Minguillo, Las Majaguas, Aquenque, entre otras. Allí se llevaron a cabo reuniones con la comunidad en donde se intercambiaban experiencias y se escuchaba a la población sobre la problemática que viven alrededor de 500 familias de esta zona del país, que suman aproximadamente entre 3 mil y 3 mil 500 personas, de las cuales la mitad son niños.
Bloqueo y grave situación humanitaria
El común denominador es la violación sistemática de los derechos humanos y las repetidas infracciones del Derecho Internacional Humanitario, en especial por los grupos paramilitares con la complacencia de las autoridades civiles y militares que hacen presencia en la región. De igual manera también son victima de los excesos de los grupos insurgentes.
Después de la tan publicitada desmovilización del Bloque Central Bolívar de los grupos paramilitares, los campesinos de esta comunidad y sus alrededores siguen sometidos por estos grupos con el pago de “impuestos” (vacuna o extorsión), ya que cada dueño de tienda, sin importar el capital que tenga, debe pagar a estos grupos $100 mil mensuales, y sólo pueden ingresar una vez a la semana la “economía” o mercado, cuyo tope es de $600 mil.
Los paramilitares tienen una oficina en el centro del municipio del Bagre, Antioquia, de donde se surte la mayoría de los campesinos de Guamocó. Esta oficina se encuentra a escasos metros del palacio municipal, desde donde ejercen el control político, económico y de movilidad de la población. Paradójicamente, a escasos mil metros del sitio está ubicada una base militar del Ejército Nacional, un puesto de la Policía Nacional y una oficina de la Fiscalía General de la Nación. Ninguna de estas autoridades hacen absolutamente nada por que esto no suceda. Es más, toda persona que vaya a entrar a la región con mercado debe antes presentarse ante el oficial del Ejército, y este autoriza la entrada de dichos mercados. Pero luego, el campesino igual tiene que presentarse ante la oficina de los paramilitares para que le den la respectiva autorización. Si estos últimos encuentran que lo que autorizó el oficial del Ejército es superior a los $600 mil autorizados, primero le quitan lo que sobrepase este monto, y además, es amenazado con ser asesinado si esto se repite. En Guamocó funcionan cerca de ochenta tiendas, lo que quiere decir que cada mes los paramilitares reciben por el monto de su impuesto una cifra cercana a los ocho millones de pesos mensuales, sin contar los impuestos que se le cobran a arrieros de mulas, mineros, finqueros, etc.Pero como si esto fuera poco, los campesinos tienen prohibido llevar a la región toda clase de medicamentos, en especial los que se aplican al tratamiento de enfermedades tropicales como el paludismo, la hepatitis o la lesmaniasis, pues al que le encuentren cualquier medicamento contra estas enfermedades corre el riesgo de perder la vida. Así ocurre también con los insumos para el proceso de la explotación minera. Pero en El Bagre no son sólo los campesinos de Guamocó los que le pagan impuestos a los paramilitares desmovilizados, sino todo aquel que ejerza la labor comercial, incluidos los que con una carretilla venden yuca o plátano en las calles para ganarse la vida y llevar el sustento a sus familias.
Total abandono estatal
También existe un abandono total del Estado hacia esta comunidad, compuesta por más de veinte veredas, que integran unas tres mil personas de quinientas familias. Allí no hay escuelas, y el servicio educativo que se presta es gracias a jóvenes con buenas intenciones pero sin la debida preparación, que a través de la iglesia católica imparten clases. Además no se cuenta con material didáctico adecuado, y los niños, al no tener escuela, reciben las clases en ranchos improvisados por los mismos padres de familia. Y si este es el panorama en el caso de la educación, en la salud es peor, ya que no existe ninguna clase de atención médica, y no se permite la entrada de medicinas por los grupos paramilitares.
No hay vías de penetración, sólo caminos de herradura construidos y mantenidos por las propias comunidades. Hay cero telecomunicaciones. Sólo se ha recibido del Estado colombiano, y en gran escala, grandes operaciones militares y paramilitares, señalamientos de pertenecer a la subversión, asesinatos colectivos y selectivos, amenazas, desplazamientos, quemas de sus viviendas, robo y saqueo de sus pertenencias, entre otras agresiones.
La amenaza de las multinacionales
No conformes con esto, ahora el gobierno del señor Álvaro Uribe Vélez pretende entregar en concesión a las multinacionales Kedadha S.A (filial de la Anglo Gold Ashanti Mines) y Miller, las tierras de Guamocó y toda la Serranía de San Lucas para la exploración y explotación de las riquezas naturales del suelo y subsuelo, especialmente del oro, uno de los minerales que más abunda en esta región y del que viven la mayoría de los campesinos. Ya la Kedadha solicitó en concesión más 1’500.000 hectáreas en la serranía de San Lucas, de las cuales le fueron entregadas aproximadamente 22 mil, a través de testaferros en el municipio de Barranco de Loba (Sur de Bolívar), las cuales ya vienen siendo explotadas actualmente.
Esta situación es bastante preocupante para las más de quinientas familias de Guamocó, ya que la región está precisamente en el área que comprende las más del millón y medio de hectáreas solicitadas por la Kedadha al gobierno nacional, y que este ya empezó a entregar sin tener en cuenta a las comunidades que por décadas han estado en estas tierras. Comunidades que seguramente serán víctima de intentos de desplazarlos de sus tierras a como de lugar, como ha sucedido en el pasado en otras regiones del país para complacer a los poderosos y a las multinacionales.
Para la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra (ACVC), son claras las consecuencias que acarrearía si esto se da. Primero, el desarraigo y la pérdida de identidad de los campesinos, el desplazamiento forzoso al que se verían sometidos, pasando a engrosar los cordones de miseria de los centros urbanos y grandes ciudades; el impacto ambiental que seria de nefastas proporciones, no sólo para Guamocó, sino para toda la región y el país. Además, se debe tener en cuenta la importancia estratégica para la humanidad que tiene la reserva de biodiversidad que existe en esta región y que se pondría en peligro con la implantación de las multinacionales, porque la experiencia nos ha enseñado que a estas empresas no les interesa otra cosa que obtener sus grandes ganancias. Y si para eso se tienen que llevar enredados entre las patas los intereses de todo un pueblo, lo hacen sin importar las consecuencias que esto traiga en el futuro. Para la muestra, un botón: hoy en las áreas o regiones colombianas donde las multinacionales han explotado o están explotando los recursos naturales, como en La Guajira, la pobreza campea en todos los poblados. Allí todo se lo han llevado, y el medio ambiente ha sido uno de los mayores afectados.
Por todo lo anterior, consideramos realizar una acción urgente en defensa de la vida, bienes y honra de estos colombianos que están en peligro. Proponemos realizar un gran encuentro humanitario en la región de Guamocó, comunidad olvidada en los confines de la gran Serranía de San Lucas. Invitamos a todas las organizaciones sociales, gubernamentales y no gubernamentales, defensoras de derechos humanos, nacionales e internacionales, a que se vinculen a esta propuesta. Entre todos podamos contribuir en la defensa de esta importante región y esta comunidad, que hoy en día se encuentra en grave peligro.