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6.05.10
por Gerónimo Artunduaga
Según informe de Medicina Legal, publicado el martes 4 de mayo en Colombia, en el país se registraron en todo el 2009 más de 18 mil desaparecidos; 14 mil más de los que se registraron en el 2007… Aquí se cuentan los que se reportaron ante Medicina Legal y los que las autoridades permiten reportar “técnicamente” como desaparecidos. Sin duda son más; el año pasado las fosas comunes – que no son cualquier fosa común y corriente -, los cementerios y los crematorios clandestinos de los paramilitares nos enseñaron a contar cuántos hacían falta y quiénes no se habían contado.
Con los “falsos positivos”, el Gobierno y las Fuerzas Militares, que ya son un estado dentro del Estado, esconden parte de la desaparición forzada; no se dice que ésta es sólo una parte de los que se han desaparecido en el país, tampoco dicen que esta parte es la parte que los militares desaparecen en estricto para colgar medallas, rendir honores, aumentar el sueldo, justificar la guerra y hacer presión política. Se cuentan como “falsos positivos” a quienes desaparecen en ropas de paisano y que luego aparecen – no por voluntad de los asesinos sino de sus familias -; se les saca de la tierra sin identificación, vistiendo camuflado, con cuerpos perforados y vestimenta intacta.
Un “falso positivo” es el que se encuentra y se cuenta. El paisano asesinado, disfrazado y no encontrado sería un “verdadero positivo” del Ejército “en cumplimiento de su deber”; eso sí, hasta que se encuentre y se “permita” demostrar lo contrario. Por ese paisano asesinado – que no es uno sino que son tantos en décadas de guerra sucia y terrorismo de Estado -, hoy se juran banderas y se rinden honores; y para que no salgan de sus entierros involuntarios se les pisa con la patria, la bandera y el himno.
A un “falso positivo”, para ser “falso positivo”, no sólo se le debe encontrar, también se le debe eufemizar, es decir: después de aparecer se debe volver a perder; asesinar, esconder, desaparecer es “falsear en positivo”, juego macabro de términos castrenses con los que televisión y prensa alisan superficies mediáticas; así es menos repugnante, indigna menos, avergüenza poco, no hiere el orgullo, se cuida la imagen y se comprometen menos.
Los medios masivos en prensa y televisión comentaron el informe de Medicina Legal, y a pesar de que el informe contempla desapariciones y homicidios, los medios comentaron los homicidios y olvidaron las desapariciones. Los no aparecidos, los desaparecidos, se cuentan para ser descontados.