
IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.
26.06.08: Corte Suprema condena a ex congresista colombiana por su voto a favor de la reelección de Uribe
4.06.08: Visita a España en el marco de la campaña internacional de solidaridad con la ACVC
3.06.08: Ubicado en EU militar señalado por torturas a desaparecidos del Palacio de Justicia
3.06.08: Farc liberan a dos secuestrados
31.05.08: Antioquia, nuevos maltratos del batallón Calibío contra la población civil
28.05.08: “Limpiar y mantener”: falsos positivos y eliminación de la organización social
28.05.08: Congreso colombiano investiga a Uribe por caso de soborno a ex congresistas
27.05.08: Conferencia de solidaridad con la ACVC en Ginebra, Suiza
28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory
30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito
21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)
Reciba el informe quincenal de IPO, con un resumen de las últimas actualizaciones, y otras informaciones coyunturales.
Esta obra está bajo una licencia de
Creative Commons
27.11.05
por César Jerez
Agencia Prensa Rural
22 de noviembre de 2005
Las políticas represivas implementadas por las administraciones de los
Estados Unidos y Colombia para afectar al narcotráfico, actuando sobre
la esfera de la producción de la hoja, no han dado resultados en
cuanto a la reducción efectiva de las áreas sembradas en cultivos de
coca, ni tampoco frente a la producción y tráfico de cocaína.
La presencia de más cultivos es evidente en las partes bajas del valle
del río Cimitarra y en la parte alta del sur de Bolívar, así las
estadísticas digan lo contrario.
No obstante, en recientes declaraciones, el responsable antidrogas de
los EU, John Walters, mostraba como logro de la política del Plan
Colombia una cocaína más cara y menos pura en las calles de su país.
El funcionario argumentaba el fenómeno con la, según él, poca
disponibilidad de la droga en el mercado, “se ha minado la vitalidad
de la bestia” se atrevió a decir, aludiendo a la supuesta efectividad
de las fumigaciones con glifosato.
Es sabido que la élite del poder y los funcionarios estadounidenses
tienen la manía de explicar todo con la “lógica del mercado”, sin
embargo vale la pena preguntarse si efectivamente los precios son
altos y si esta alza corresponde efectivamente a la escasez del
producto. Según el Center for Internacional Policy los precios son los
mismos desde hace 18 meses, aproximadamente 180 dólares por gramo.
Frente a los problemas de pureza, se sabe también que entre más
menudeada, más impura la cocaína, es la plusvalía del jíbaro, un
fenómeno común en todo el mundo.
La Oficina Nacional de Control de Drogas de los Estados Unidos queda
lejos de las montañas del sur de Bolívar, desde allí no se alcanza a
ver cómo los cultivos se han multiplicado desde la primera fumigación
e incluso después de la última que acaba de pasar y que duró tres
meses. Es probable que en la oficina no sepan que las fumigaciones
indiscriminadas afectan principalmente a cultivos de comida,
pastizales y fuentes de agua en una proporción desalmada, por cada
hectárea de coca erradicada se fumigan cuatro de alimentos. Pero es
también probable que lo sepan con un alto grado de cinismo. Después de
las torturas de prisioneros de guerra sin status, de las cárceles
clandestinas, del agente naranja, del uranio empobrecido y del fósforo
blanco, usados contra civiles inermes, cualquier cosa se puede esperar.
También cabe preguntarse por un fenómeno curioso, si se está
produciendo menos hoja de coca, como dicen, ¿por qué han crecido las
incautaciones de cocaína hasta una cifra record, 168 toneladas en
2005? Aquí habría dos interpretaciones: primera, los organismos de
seguridad colombianos han aumentado su efectividad, cosa poco probable
dada la poca honestidad y el alto nivel de corrupción que los
caracteriza, basta sólo con mirar los malos ejemplos de la Fiscalía
General y del DAS; segunda, se mantienen o aumentan los niveles de
exportación hasta las 800 toneladas, según algunos analistas, por lo
que sería lógica la incautación anual de cerca de 170 toneladas este
año, producto de las delaciones y de los “cruces mal hechos”. Sólo los
Estados Unidos consumen 285 toneladas al año. Según la Interpol,
Colombia produjo 440 toneladas de cocaína en el 2003, suficientes para
cubrir el consumo gringo anual y de sobra.
¿Y cómo explicar que en Europa también hayan crecido los decomisos y
que el precio de la cocaína esté a la baja, 80 euros en las calles de
Barcelona, en el país de mayor consumo en el viejo continente, lo que
en la lógica gringa significaría mayor disponibilidad? Algo anda mal
con la distribución espacial, las cifras y las “lógicas del mercado”.
Mientras tanto en el Magdalena Medio se vive una verdadera crisis de
la economía de la coca que paradójicamente no está relacionada con el
impacto de las fumigaciones.
Desde hace aproximadamente 18 meses los paramilitares dejaron de pagar
en efectivo por la pasta de coca que producen los campesinos,
introdujeron un sistema de vales que desembocó en una cadena de
endeudamientos entre productores de pasta, comerciantes y
narcotraficantes, lo que derivó en un crisis sin precedentes de la
economía campesina de la coca. En su desespero muchos campesinos han
tratado de sacar la pasta a nuevos y más seguros compradores,
terminando en la cárcel. La ley 30 de estupefacientes sirve para
encerrar campesinos y a uno que otro narcotraficante caído en
desgracia. Para los agraciados se diseñó la ley de “justicia y paz”.
No en vano en Colombia se dice: “detrás de cada ley hay un nuevo gran
negocio”.
Para explicar la ausencia de dinero efectivo y la subsiguiente crisis
de la economía regional se podrían explorar algunas hipótesis: 1. Un
acuerdo entre narcotraficantes para afectar la economía de las
guerrillas que cobran un impuesto por área de hoja sembrada y por el
comercio de la pasta. 2. El peligro de una posible extradición que
pende sobre los narcotraficantes reunidos en Ralito. 3. Un fuerte
lavado de dólares que coincide con la devaluación del dólar y el
monólogo de paz entre gobierno y paramilitares, lo que explicaría la
salida momentánea del efectivo del circuito del narcotráfico para
financiar otro tipo de actividades económicas legales: compra de
tierras, ganadería extensiva, cultivos agroindustriales como la palma
aceitera, compra de oro, construcción, contrabando legalizado,
apuestas, etc.
Como quiera que sea, la presente crisis no representa el final de la
economía regional de la coca, mientras no haya una alternativa viable
ligada a la reforma agraria y a un nuevo modelo económico y de
desarrollo, mientras se tenga lejos el panorama de la legalización,
mientras se mantenga la demanda, la oferta perdurará incluso después
de la “desmovilización paramilitar”, cuando se terminen de encontrar
el hijo bastardo y la madre desnaturalizada.