
IPO es una organización de acompañamiento internacional e información en Colombia, en solidaridad con organizaciones en resistencia no violenta.
2.03.11: Alarma por presencia y amenaza paramilitar en el Catatumbo
4.02.11: En un mes fueron asesinados cinco campesinos en el Catatumbo
15.01.11: Fueron asesinados cuatro campesinos en el Catatumbo
9.12.10: La policía retiene ilegalmente y golpea a campesino en La Gabarra, Catatumbo
23.11.10: Denunciamos la muerte de dos lideres de la region del catatumbo
20.10.10: 2500 campesinos del Catatumbo protestan contra la erradicación manual no concertada
20.10.10: Alerta temprana por grave situación de DD.HH. en el Catatumbo
14.10.10: "uno vive con la incertidumbre; no sabe que dia reactivaran la orden de captura"
28.07.13: Cierre de actividades de International Peace Observatory
30.05.13: Con irregularidades jurídicas y terror militar se pretende desplazar a la comunidad de Pitalito
21.05.13: El MOVICE apoya el retorno de la comunidad desplazada de Pitalito (Cesar)
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25.10.08
por Cecilia Tamplenizza
International Peace Observatory
Acompañar en los días anteriores a la Caminata por la vida la naturaleza el territorio y la cultura sin duda, ha sido una experiencia enriquecedora y sorprendente. Hace diez años que las comunidades campesinas no salían a la calle, desde las conocidas como “marchas cocaleras” de 1996 y1998, que terminaron entre mucha violencia y miedo. Aunque hayan pasado no pocos años desde aquellos episodios tan terribles, sigue viva la indignación en quienes vivieron aquellas épocas y sigue presente el miedo que impide a la gente a apostar por su libertad de expresión, de palabra y de opinión.
Muchas veces, uno no se da cuenta de lo que representa el miedo en este tipo de procesos, de cuánto sea fácil intimidar a las personas que viven entre el conflicto armado y hacerle pensar que lo que están haciendo está prohibido o en contra de sus vidas. El Observatorio Internacional de Paz estuvo acompañando a los campesinos del Catatumbo en el viaje hacia Cúcuta. Desde cuatro diferentes puntos de la región salieron las caravanas compuestas por los que a pesar de las tensiones no se dejaron disuadir. Nosotros hemos podido vivir cuáles son las formas más comunes de manipular la participación de la gente y ver cómo el miedo es un factor dominante en regiones tan aisladas y tensas. Llegó a Cúcuta una representación de 500 campesinos que se juntaron con otros 500 indígenas de la cultura Motilón Barí, juntos presentes para enseñar su cultura y celebrar la defensa del Catatumbo. A continuación describimos los inconvenientes que se presentaron en la ruta desde el municipio de El Tarra hacia Cúcuta.
En camino a Cúcuta – San Pablo-Acerrio-El Tarra
Lo primero que se nota al entrar en la región es la realidad del conflicto. El ejército que debería estar vigilando las obras de un tramo de la carretera entre Aserrío y El Tarra se encuentra en la vereda de Aserrío. Hay muchos militares, que justo en los días anteriores a la salida hacia Cúcuta, pasan de casa en casa y entran en las tiendas. La gente dice que les están intimidando para que no vayan a Cúcuta. No son claras las razones de su presencia en la vereda y sobretodo, tratándose de una zona con presencia de guerrilla, ponen en peligro a la población civil si pasan el día entrando en las casas de la gente. Se percibe el miedo y las dudas de los campesinos hacia la salida de la región. Hay voces de retenes paramilitares. El recuerdo de las violaciones de los paramilitares está aún muy presente. Tibú es un lugar que crea desconfianza entre la gente. Hay personas que solo escuchando ese nombre se sientan mal y ni en broma participarían en la caminata solo por el hecho de tener que pasar por allí.
A pesar de eso, todo está listo para arrancar. Salimos en tres autobuses hasta El Tarra donde nos encontramos con los últimos seis participantes que iban a salir de ese lado del Catatumbo. Aquí las presiones han tenido éxito, eran sesenta las personas que se habían comprometido a acudir a la Caminata. Escuchamos las voces de algunos de los que cambiaron de opinión: dijeron que nos iban a matar, que era muy peligroso ya que nos íbamos a encontrar con retenes de paramilitares. Alguien estaba confundiendo a los campesinos ya que todo estaba concordado tanto con las fuerzas públicas como con el gobierno local. La organización de la caminata había sido planificada con toda claridad, llevando a cabo reuniones con los mandos militares de la región. Para confirmar la posibilidad de paso en el camino nos comunicamos con el Coronel Rubén Castro de la Brigada Móvil 15, que nos lo confirmó. Salimos de El Tarra con algo de preocupación pero con los ánimos de desvelar la realidad de las mentiras.
A una hora de El Tarra nos encontramos con un retén del ejército. El militar nos infirmó que la carretera estaba bloqueada porque la guerrilla había matado a un policía. Dijo que había balacera en la carretera y que el paso estaba prohibido. Le dijimos que acabábamos de comunicarnos con su mando y que él estaba informado de nuestra presencia. Como si nada nos hicimos invulnerables a las balas y nos contestaron: “listo, pueden pasar”. Seguimos el camino donde nos encontramos con varias personas que nos avisaban de que había tiroteo y que estábamos locos en seguir. Sin embargo, otros nos decían que la vía estaba abierta y que el camino estaba sin peligro. En un segundo retén nos dijeron que podíamos pasar sin problemas. Por fin, pasamos el alto y llegamos a Filogringo convirtiendo en evidencia las mentiras de la región. Solo después nos dimos cuenta, hablando otra vez con el Coronel Castro, de lo ocurrido: en la zona la policía estaba cumpliendo un operativo de erradicación manual. El Coronel nos informó que lo ocurrido había sido muchas horas antes y muy lejos de la carretera donde íbamos a pasar. Había sido la explosión de una mina allá donde la policía estaba erradicando. “No se puede asegurar la seguridad en la zona” terminó. Nunca le habían informado del cierre de la carretera.
Al ver que finalmente no había ningún retén paramilitar ni represiones fuertes, a la gente se le empezaron a quitar los miedos. Llegamos a Tibú donde nos reunimos con los otros participantes.
Cúcuta – la caminata
Al día siguiente no dirigimos alrededor de 10 busetas hacia Cúcuta, donde nos íbamos a encontrar con los demás participantes a la caminata. Campesinos y Barí salieron de la región para visualizar afuera de las zonas del conflicto su realidad de abusos debidos a multíplices razones: la violación de derechos como consecuencia del conflicto armado (fumigaciones, falsos positivos, amenazas), la explotación del territorio por intereses de megaproyectos que desestabilizan las vidas de los que en estas tierras viven y que no tienen recursos. La intención era trasmitir a la gente que vive lejos del conflicto su situación y dialogar para que se generara un discurso de colaboración y coexistencia de diferentes culturas.
Más allá de que no ha habido inconvenientes en el buen desarrollo de la jornada, sí se pueden resaltar dos episodios que confirman que algunas veces las fuerzas públicas, en lugar de brindar protección y confianza, generan desconfianzas con sus posturas no claras. La primera se refiere a un episodio que se generó por el descubrimiento, por parte de unos participantes a la caminata, de dos civiles armados que estaban grabando con una videocámara desde un carro. Los policías, en lugar de resolver la situación explicando lo que estaba pasando, ayudaron al carro a salir de la situación, dejando en los presentes cualquier tipo de duda y ansias. Solo después de la intervención del colectivo de abogados Luís Carlos Pérez y de IPO, los policías explicaron que su actuación había sido debida al hecho de que los hombres en el carro eran de la SIJIN. Estos episodios ayudan a generar desconfianzas entre partes que deberían ayudar a defenderse.
Para contar el segundo episodio es bueno recordar que para contribuir en vigilar a la seguridad de los participantes a la caminata, la organización tomó como medida la decisión de controlar los medios audiovisuales presentes en el evento tomando una lista de medios de prensa. Era una postura razonable ya que nunca se sabe dónde termina el material grabado y con qué intenciones se utiliza. A la luz de eso preguntamos a un muchacho que estaba filmando si tenía la acreditación de prensa y para quién estaba grabando. Nos contestó “soy del ejército estoy grabando porque tenemos un archivo en el que vamos guardando informaciones”, al preguntarle si habían hablado con la organización para concordar la filmación.
El muchacho se puso nervioso y le alcanzaron dos jóvenes más, cambiando la versión de las cosas. nos dijeron que eran de prensa del ejército y que estaban filmando para hacer un programa sobre los campesinos. Otra vez nos preguntamos qué necesidad hay de modificar la versión de los hechos, por qué la primera respuesta mencionó un archivo reservado del ejército y luego al descubrirse como argumento incomodo apareció el cuento del programa del ejército. Y si realmente se trataba de prensa, ¿por qué no pidieron permiso como todos los demás?
Estos dos son unos pequeños ejemplos que pueden dar la idea de por que se genera desconfianza hacia los que participan en los procesos sociales y del por qué se percibe hostilidad.
Apostilla a la caminata
Por cuanto la caminata se llevó a cabo sin inconvenientes, pocos días después, llegaron amenazas de muerte por parte del denominado Bloque Norte de Autodefensas a miembros organizadores de la caminata que viven en el Catatumbo. Sigue la táctica del miedo para impedir que se escuche la voz de los campesinos y de aquellos que sólo necesitan vivir sus vidas con respeto y dignidad.
Unas semanas después de la caminata, todos los medios de comunicación en Colombia hablaron de que se había llevado a cabo la más grande purga del ejército hecha en la historia del país. Tanto el General Paulino Coronado de la Brigada 30 como el Coronel Rubén Castro de la Brigada Móvil 15 han sido destituidos por tener relaciones con casos de falsos positivos, desapariciones y delincuencia.
No es difícil creer que las mentiras de las que hablamos no son más que la punta del iceberg.