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27.05.09
por La Opinión
Desde el 29 de abril en la vereda Caño Tomás del corregimiento Fronteras (Teorama), más de 200 personas permanecen concentradas en un campamento refugio humanitario que decidieron organizar con el fin de dialogar y negociar con los Gobiernos nacional, regional y local, un plan de desarrollo que está siendo elaborado por las mismas comunidades.
En ese lugar tienen asiento los habitantes de las veredas La India y Morro Frío (Tibú), Caño Azul y Cooperativa Sapadhana (Convención) y Caño Mariela, Caño Escondido, Caño Tomás y El Suspiro (Teorama), quienes optaron por quedarse allí para no generar más problemas sociales en los centros poblados y tampoco abandonar la tierra que trabajan.
Esta decisión la tomaron señalan como consecuencia de las constantes violaciones de los derechos humanos y la falta de voluntad política del Gobierno nacional para concertar una solución definitiva al problema de los cultivos ilícitos en la región.
A estos factores se suman antecedentes relacionados con las situaciones críticas de orden público que tuvo que afrontar la región en el tiempo que las autodefensas dominaron esa zona del departamento.
Al frente de este movimiento de resistencia social está la Asociación de Campesinos del Catatumbo (Ascamcat).
Voluntad del Gobierno
“Los campesinos de El Catatumbo somos humildes y trabajadores. Reconocemos que trabajamos en cultivos ilícitos porque el Estado no nos ha dado ni trazado políticas que beneficien al pueblo de El Catatumbo. Lo único que nos mandan es más fuerza pública, fumigaciones y erradicación de la coca”, expresó el dirigente Pablo Téllez, a varios medios de comunicación que estuvieron este fin de semana en la zona por invitación de Ascamcat.
Agregó que “En este campamento vamos a permanecer de manera indefinida. No queremos salir del campo a engrosar los cordones de miseria que hay en las ciudades, tenemos la esperanza que acá mismo, a través del diálogo y la negociación, vamos a encontrar solución a nuestras necesidades. Nosotros estamos dispuestos a dialogar y negociar pero que sea aquí. Esperamos la voluntad del Gobierno nacional”.
Téllez relató que las multinacionales a lo único que han ido a la región es a engañarlos con limosnas y programas de megaproyectos que, a futuro, doblegan al campesino con más miseria y pobreza, “porque el único interés de ellos es el carbón y el petróleo sin importar los daños ambientales que causarán a esta importante zona de reserva del departamento”.
Denuncias públicas
El vocero de la comunidad y otros integrantes del refugio humano que tomaron la palabra durante la rueda de prensa hicieron varias denuncias públicas en torno a la violación de derechos humanos y otras situaciones que atentan contra los dirigentes de Asocamcat y la comunidad que está situada en el campamento de refugio humanitario.
La primera de ellas tiene que ver con una supuesta versión del personero de Tibú, Manuel Eduardo Jaimes Olivares, relacionada con una aparente ayuda económica del Gobierno venezolano para sostener y mantener el campamento.
“Con esa actitud queda claro que hay gente por fuera que está haciendo campaña en contra de lo que queremos hacer humildemente acá. Tenemos que reconocer que hemos recibido ayudas de colombianos que se han refugiado en Venezuela, pero del Gobierno venezolano no hemos recibido un peso. Invito a que el personero venga acá y aclare esa situación”, expresó Téllez.
Otros voceros del refugio afirmaron además que la fumigación de cultivos ilícitos ha acabado con plantaciones de pancoger, contaminado las fuentes hídricas y causado enfermedades a la comunidad y a los animales.
Ejecuciones extrajudiciales
También se refirieron a casos de muertes extrajudiciales que se han venido dando después de la desmovilización de los paramilitares de El Catatumbo.
“Por aquí al campesino lo consiguen en cualquier lado trabajando, lo desaparecen y luego aparece por allá en la morgue de Cúcuta y la noticia que sale es que en tal parte hubo combates del Ejército con la guerrilla y que dieron de baja a un subversivo, pero resulta que era un campesino que dejó a una señora y a sus hijos esperándolo en casa y lo muestran como un guerrillero”, comentó uno de los habitantes del campamento.
Uno de esos casos ocurrió al parecer en la vereda El Suspiro, en donde un campesino quien no fue identificado se fue a revisar unos tramperos (trampas para cazar) pero nunca regresó.
Al día siguiente de su desaparición, contó la comunidad, ellos mismos fueron a buscarlo y lo encontraron muerto. De acuerdo a lo expuesto en la rueda de prensa ese mismo día, al parecer, el Ejército había hecho unos comentarios que en Los Planos de Barrancas habían matado a un guerrillero, pero al parecer era el mismo campesino que fue a revisar los tramperos.
La comunidad aseguró que una vez sucedido el hecho interpusieron la denuncia ante las autoridades competentes, pero a la fecha no saben en qué etapa se encuentra el proceso.
“Esta reunión (con los medios) es el inicio para los diálogos que queremos hacer con todos, en especial con el Gobierno. Nosotros acá estamos dando la cara y aquí los esperamos. No vamos a negociar en ningún parte, tiene que ser aquí donde vivimos y trabajamos”, advirtieron los líderes comunales.
Agregaron que la propuesta planteada por la comunidad está resumida en un plan de desarrollo el cual es elaborado con los habitantes de las diferentes veredas allí reunidos.
“Todavía no podemos decirles mayor cosa porque estamos sustrayendo la información primaria de todos los municipios de El Catatumbo para empezar a organizarlo, mientras, podemos ir avanzando en los diálogos”, señaló uno de los líderes del campamento.
Lo que si dejaron ver es que en términos generales dicho plan de desarrollo comunal incluiría temas relacionados con vías de penetración, salud, educación, programas de vivienda rural, alternativas productivas y seguridad alimentaria, entre otros, por ser éstas las necesidades básicas de las comunidades del bajo Catatumbo.