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7.03.08
Por Luis Jaime Acosta
BOGOTA (Reuters) – Miles de personas se movilizaron el jueves por las calles de las principales ciudades de Colombia para rechazar la violencia, en una jornada en la que la mayoría de participantes exigió a los ex comandantes paramilitares confesar sus crímenes de guerra.
La movilización, en la que hombres mujeres y niños, algunos vestidos de negro y con banderas de Colombia amarillo, azul y roja llevaron en sus manos fotografías de familiares asesinados o desaparecidos por paramilitares de ultraderecha, no tuvo el mismo apoyo que la del 4 de febrero.
En esa oportunidad cientos de miles de personas salieron a gritar “No más FARC” en rechazo a las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), guerrilla a la que exigieron poner fin a la violencia y liberar a los secuestrados.
Las dos marchas, en concepto de analistas, evidenciaron la polarización que se registra en este país sudamericano de más de 42 millones de habitantes, azotada por un violento conflicto interno de más de cuatro décadas que cobra miles de vidas y en el que las Fuerzas Armadas combaten a la guerrilla y a paramilitares que a su vez se enfrentan entre sí.
“Deseo a alguien que sepa en dónde está mi hijo,” dijo Angélica Yépez, mientras marchaba con una fotografía de su hijo, desaparecido por los paramilitares.
Otra mujer que participó en la marcha exclamó: “Que no haya más violencia, no más masacrados, no más torturados, no más desplazados, no más guerra de verdad.”
El analista político y periodista Rodrigo Pardo dijo que la movilización no contó con el mismo apoyo de la de febrero por la actual situación del país que enfrenta una crisis con Ecuador y con Venezuela.
HOMENAJE A LAS VICTIMAS
Adicionalmente, el Gobierno del presidente Alvaro Uribe no respaldó la jornada de protesta con la misma fortaleza que la del mes pasado y algunos de sus funcionarios sugirieron que era promovida por la guerrilla izquierdista.
Iván Cepeda, hijo del político Manuel Cepeda asesinado por los paramilitares en la década de 1990, y quien fue uno de los organizadores de la protesta, dijo que el objetivo de las marchas fue expresar solidaridad a los 4 millones de desplazados, a los 15.000 desaparecidos, además de los miles de muertos y secuestrados por los grupos armados ilegales.
“Fue un homenaje nacional e internacional a las víctimas de la violencia, de los desplazados, de los desaparecidos, los asesinados en Colombia por grupos paramilitares y agentes estatales,” afirmó Cepeda.
En ciudades como Washington, París, Quito y Venezuela también se realizaron concentraciones.
En algunas ciudades de Colombia los participantes lanzaron frases contra Uribe, quien a mediados del 2003 inició una negociación de paz con los escuadrones paramilitares que permitió que más de 31.000 combatientes depusieran las armas mientras que los antiguos comandantes de esos grupos armados ilegales permanecen encarcelados.
Pero grupos de derechos humanos cuestionan la negociación en la que se estableció una pena máxima de entre cinco y ocho años de cárcel para los antiguos comandantes paramilitares acusados de asesinatos, masacres, secuestros, torturas y desapariciones.
Las mismas organizaciones aseguran que los escuadrones de ultraderecha mantienen intactas sus estructuras militares y que han reaparecido en varias regiones del país para reasumir sus actividades criminales y de narcotráfico.
(Reporte de Luis Jaime Acosta; Editado por Silene Ramírez)
Fuente: Reuters AmericaLatina, 6 de marzo de 2008
http://lta.reuters.com/article/domesticNews/idLTAN0624318320080306?sp=true